Recientemente se publicó la noticia de un individuo de 35 años que alegadamente había violado y embarazado a su hija menor de edad. Las imputaciones no son ligeras y, como es esperado, la reacción del pueblo ha sido de profunda y visceral ofensa. Muy posiblemente, este caso será uno más de esos en los que la prensa dará una gran cobertura. Simplemente, la noticia se presta para la publicidad amplia, ya que tiene todos los elementos que propician el interés nacional: un alegado villano que comete uno de los peores crímenes posibles, la violación, con el elemento agravante de que fue a su hija, a quien está llamado a proteger precisamente de cosas como esa.
El individuo, Alexis Alicea Torres, fue arrestado luego de una búsqueda digna de una película de acción. Así que ahora el próximo paso será el proceso judicial, con los detallados reportes de la prensa, los análisis de programas especializados y el comentario popular, con sus diferentes teorías sobre la culpabilidad del imputado.
Esto nos lleva a preguntarnos sobre el rol de la prensa en la administración de la justicia. Sin duda, la prensa tiene que reportar objetivamente la información que es de interés popular. La propia democracia efectiva depende de la prensa y el mantener informado al pueblo. Por el otro lado, los imputados son inocentes hasta el mismo minuto que un tribunal diga lo contrario y la publicidad y análisis de pleitos criminales puede tener una influencia en los juzgadores de la prueba.
La pregunta entonces es cuál debe ser el rol de la prensa en casos criminales donde las personas se juegan su libertad personal. Si se debe limitar el acceso a la información en estos casos o si, por el contrario, debe tener la prensa total acceso a la información y derecho a luego reportarla.
¡Esperamos sus reacciones!
Me inclino por la segunda, que los periodistas continuemos teniendo total acceso a la información y derecho a luego reportarla. Sin el “total”, porque en los casos criminales existe la presunción de inocencia e información que debe permanecer confidencial mientras se investiga.
Sin embargo, un periodista responsable, que se rige por su moral, el sentido común y los cánones de ética de la Asppro, del OPC o de otras organizaciones, tiene el deber de cuidar sus reportajes y ser imparcial, la objetividad no existe (todos tenemos nuestras convicciones). Ahora, depende de cada medio el ángulo editorial y la permisibilidad de uso de fuentes externas para recibir y publicar datos relacionados a los casos. Es un ejercicio de responsabilidad ética.
Hay…